Introducción:
El tiempo como dijo Platón hace 2400 años es simplemente "la imagen móvil de lo eterno" haciendo referencia clara a que nuestro concepto de tiempo es una visión humana reducida y concreta de lo que no tiene principio ni fin. Es decir, si no existieramos difícilmente tendría sentido hablar de tiempo y menos aún de su percepción.
El tiempo y las personas:
La percepción del tiempo por las personas tiene dos componentes, uno biológico y otro cultural. El biológico se refiere a que nuestro cuerpo tiene ciclos concretos regulados por un reloj interno que su ve depende de los ciclos de día y noche y de los cambios meteorológicos. Y el cultural implica a cada uno en su lugar de origen, así hay tribus en las que no hay en su lenguaje palabras para distinguir los tiempos verbales y por lo tanto no tiene sentido hablar de ayer o mañana, todo es ahora, suelen ser grupos marginados del mundo global, y por el contrario el resto del mundo anda atado al reloj.
Personas con enfermedad mental:
El paso del tiempo depende en cada uno del estado de ánimo, de la salud física, de los acontecimientos diarios e incluso del concepto ideológico del sentido de la vida, pero en las personas que padecen una enfermedad mental todo esto se altera y en términos generales el tiempo se congela y se adapta a la visión enfermiza de la vida. Así, hay quien con la enfermedad no cuenta con el tiempo, hay quien le angustia, los hay que lo viven muy deprisa y para los que se hace insufriblemente lento, depende de la personalidad y del tipo de trastorno.
¿Con el consumo de medicamentos qué?
Los medicamentos en general normalizan hasta cierto punto la percepción alterada del tiempo del paciente, ya que mitiga los síntomas de angustia o de desánimo, por lo que diríamos que vienen a ser "relojes químicos", si bien permanece la alteración nuclear de la enfermedad y en el fuero interno el paciente percibe su tiempo de forma claramente distinta. Cada enfermedad y cada medicamento serían un capítulo aparte.
¿Percepción humana del tiempo y la actividad y la valoración de la misma?
La actividad de la persona está regulada por su conducta social y por lo tanto es básica en lo cultural para percibir el tiempo, así quien tiene que hacer muchas cosas tiene habitualmente una percepción de rapidez y quien nada o poco tiene que hacer percibe lo temporal con lentitud y hasta con hastío. En las personas con depresión la visión pesimista y desesperanzada de la vida, les ralentiza la percepción del tiempo que suele pasar y pesar como una condena, mientras que en los trastornos bipolares en fase de manía o exaltación el tiempo es rapidísmo en base a su ánimo exultante y a la energía psíquica.
Otros trastornos mentales y la percepción del tiempo:
Todas las enfermedades psíquicas, desde los grandes trastornos hasta las cosas nimias alternan la percepción del tiempo, cada uno a su manera. Así alguien con insomnio lo percibe con gran lentitud, personas nerviosas y con ansiedad lo sienten con rapidez, y luego los trastornos mayores como las psicosis esquizofrénicas lo vivencian fraccionado, estos , de una manera sui generis dependiendo de la fase d ella enfermedad, unas veces con lentitud y otras con rapidez, e incluso se llega a percibir de forma inexistente, como si no fuera un elemento a considerar. En todos los casos "el reloj de pulsera" ayuda mucho a comparar el tiempo personal de las personas con trastornos con el tiempo real de todo el mundo, de hecho, hay veces que el paciente no es capaz de llevar un reloj puesto.
El clima, lluvia, verano y otros fenómenos,.... y el tiempo:
El clima nos afecta directamente y así lo ha hecho desde que el mundo es mundo. De hecho nuestro sistema nervioso está construido durante millones de años de evolución en una constante moderación con relación a los fenómenos climáticos. Cuando hace frío, llueve o el clima es adverso el ser humano se ralentiza, se queda en casa, cambia sus hábitos y su ánimo baja para adaptarse a su nueva condición, y por el contrario, el sol, la buena temperatura o las estaciones florales y de verano elevan el tono vital, el ser humano sale de "su cueva", aumentan las relaciones sociales y es incluso la época de los partos, la especie procrea.
El tiempo y las edades:
Conforme nos hacemos mayores el reloj biológico cambia y a más edad el tiempo se percibe con más rapidez porque el realidad queda menos para morir y la persona vive más del pasado que del futuro. Así los niños y los jóvenes el tiempo lo viven y lo perciben lento y los mayores lo viven como fugaz. A esto hay que añadir lo cultural, a más edad más responsabilidades, más seriedad, más reglas sociales y todo ello nos hace tener una sensación de rapidez en el paso del tiempo, justo lo contrario que en la juventud, época en la que la sensación es de inmortalidad.
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