¿Cómo vivimos hoy?. ¿Se lo han preguntado alguna vez?, un servidor sí y una vez por día para que la cuestión no se me olvide ya que no carece de importancia.
Recientemente unos sabios, americanos claro está, han descubierto que vivimos tan deprisa y vamos a tanta velocidad que sin darnos cuenta hemos atravesado la felicidad y la hemos perdido de vista. También, por ejemplo, la medicina ha avanzado tanto que por fin no hay nadie auténticamente sano y por si fuera poco, de tantas veces como hemos hablado del amor o de asuntos de ese calado que ya nos hemos quedado sin nada verdaderamente importante de que hablar.
En realidad vivimos "como si" fuéramos felices, hablamos de la justicia "como si" creyéramos en ella, sonreímos "como si" estuviéramos contentos, educamos a nuestros hijos "como si" lo hiciéramos correctamente, hablamos de nuestros "ex""como si" hubiéramos quedado tan amigos, y así un largo etcetera de "como si" que ha hecho de nuestra vida un espejo en el que se refleja cualquier cosa salvo la realidad, hemos convertido nuestra conducta y diálogos en un sin fin de ademanes "políticamente correctos" para no desentonar, y en el fondo apenas creemos sólo en un hoy frágil ya que el pasado nos pesa y el futuro está por llegar y "quién sabe...".
¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué estamos inquietos? ¿Por qué los medicamentos más vendidos son los psicofármacos y de ellos los antidepresivos y los ansiolíticos los primeros? ¿Por qué no nos conformamos con lo de siempre? Una buena conversación, un paseo con el viento en la cara, una lectura sosegada, un viaje inolvidable, un abrazo, una sonrisa, una buena música, la satisfacción de algo bien hecho, la alegría de llegar a un sitio,... en definitiva, la felicidad de antaño, esa felicidad que los sabios dicen que hemos sobrepasado.
Estamos inmersos en un torbellino de noticias, murmuraciones, debates, ajetreos políticos que se han convertido en nuestras referencias, en algo cosmético, simplemente percibido y no real. La televisión filtra la realidad y nos muestra hambrientos lejanos, muertos de plástico, políticos impertérritos y un muestrario zoológico de personajillos sobre los que se debate en sus pequeñas y nada ejemplificadoras vidas como si de asuntos de gran importancia se tratara, todo ello en realidad para justificar un relleno en el que lo verdaderamente importante tenga sitio: la publicidad.
El bucle estratégico económico de la globalización se ha cerrado y la clave es el consuelo para justificar la producción y todo ello para satisfacer demandas que han sido creadas a su vez artificialmente "como si" fueran necesarias.
Tenemos que vivir "como si" quisiéramos a los demás pero en realidad competimos con ellos, "como si" fuéramos normales pero tenemos que tomar medicación para poder dormir, "como si" no pasara nada pero en el fondo la frustración y la duda nos golpea desde dentro, "como si" supiéramos lo que queremos y donde vamos pero no sabemos ni lo uno ni lo otro.
Quizás deberíamos ir más despacio, leer los libros dos veces, intentar escuchar más a los que nos rodean, discriminar lo real de lo imaginario, mirarnos más hacia dentro que hacia fuera, y comprender el mundo en el que estamos con el conocimiento y no por medio simplemente de la tele.
Si seguimos viviendo "como si"somo sobreviviremos y nos perderemos lo importante, aunque siempre nos quedará la excusa de Don Juan Tenorio: "Llamé al cielo y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo y no yo"
Commentaires